El paisaje de la teoría

por Jorge Luis Cometti (Director del Museo de Arte Hispanoamericano "Isaac Fernández Blanco)


El Museo de arte Hispanoamericano de la Ciudad de Buenos Aires se ha interesado en diversas oportunidades por la mirada de los viajeros llegados a las costas americanas en los siglos de su conquista y colonización, como también durante los primeros pasos de sus nacientes repúblicas. Las exposiciones Viajeros: Emeric Essex Vidal y Guido Boggiani y el Chaco. Una aventura del siglo XIX, son dos de los más recientes ejemplos  del señalado interés en estos temas.

Cronistas, pintores y fotógrafos nos han proporcionado, al paso del tiempo, vistas antiguas de lugares por los que hoy familiarmente transitamos o retratos de quienes nos precedieron, fuentes históricas que se revelan como fascinantes testimonios  que encienden nuestra imaginación y complementan con su singular perspectiva, la construcción de nuestra identidad.

Los relatos de viaje y sus imágenes suelen producir un vínculo estrecho con sus lectores y observadores, quienes se convierten en compañeros de ruta, de las rutas seguidas y por seguir.

Su mundo  es un mundo en continuo movimiento, representado  con el deseo de ser reconstruido en su totalidad. El saber sobre el otro, sus condiciones de vida y formas culturales, se complementan con la adquisición  y actualización del saber sobre la tierra de origen del viajero, generando de esta manera un círculo de comprensión. Pero cada viaje va acompañado del conocimiento previo, un bagaje cultural muchas veces tan pesado que el deseo por el otro se convierte en puro gesto de incorporación.

El arte de viajar tiene estratagemas y sus primeros impulsos pueden ser tanto la sed del conocimiento como la ignorancia, el tedio o la temeridad. El Príncipe Valiente, Juan Sin Miedo y el héroe de Iwein, la novela de caballería de Hartman von Aue, son ejemplos de estos comienzos de viaje a los que el inicio del largo camino de Liborio Justo, por su historia familiar siempre en contraste con su ideario, resultan parecerse.

La muestra que el Museo Isaac Fernández Blanco presenta, dentro de su ciclo de exhibiciones fotográficas, intenta difundir un conjunto de imágenes de extraordinario valor artístico, así como reconocer a unos de los interesantes protagonistas de nuestra historia reciente.

Liborio Justo ha sido uno de nuestros artistas viajeros. El ha fotografiado su camino y sus imágenes registran la forma en que ha visto al mundo, el paisaje de sus teorías, que retrata con mayor maestría en el propio corazón del mundo que intentaba combatir.

Sus viajes han sido la gran metáfora de su existencia, del conocimiento, de la búsqueda de la propia identidad. Liborio Justo ha soñado y transitado sus caminos, que no han sido otros que los caminos de su deseo...

 

 


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